Guía de 90 días para salir de deudas

Guía de 90 días para salir de deudas


El plan de 90 días para salir de deudas sin endeudarse más propone una estrategia gradual que guía a las familias en la organización de sus obligaciones financieras. El método, aplicado durante tres meses consecutivos, establece pasos concretos para identificar deudas, ajustar el presupuesto y priorizar pagos, con el fin de recuperar estabilidad económica sin recurrir a nuevos créditos.

Plan de 90 días plantea una ruta escalonada para aliviar deudas

El programa organiza su aplicación en tres fases de 30 días, cada una orientada a ordenar el panorama financiero y avanzar en la reducción de obligaciones. La iniciativa surge ante el aumento de consultas vinculadas a manejo de deudas y control del presupuesto, especialmente en hogares con ingresos variables.

El economista María Fernanda Cedeño señala que la propuesta busca ofrecer un marco práctico para quienes enfrentan dificultades para cumplir pagos mensuales. La estructura del plan combina análisis de deudas, técnicas de reducción de gastos y pautas de disciplina financiera que permiten evitar recurrir a nuevas líneas de crédito.

Inventario de deudas y diagnóstico inicial en la primera etapa

Cedeño indica que durante los primeros 30 días, la metodología exige elaborar un inventario completo de las deudas activas. Este registro incluye montos, intereses, vencimientos, penalidades y pagos mínimos, con el fin de conocer con precisión el nivel de endeudamiento. Esta información permite definir prioridades y detectar obligaciones que deben atenderse de forma inmediata.

El diagnóstico inicial también recomienda revisar hábitos de consumo que pueden estar afectando la capacidad de pago. Entre los aspectos analizados se encuentran compras recurrentes, servicios contratados, suscripciones inactivas y gastos hormiga que impactan el presupuesto mensual.

Ajuste del presupuesto y recorte de gastos en la segunda fase

La fase intermedia se concentra en mejorar la gestión del presupuesto, explica Cedeño. El plan sugiere revisar todos los egresos y clasificar los gastos entre necesarios y prescindibles. El objetivo es liberar recursos para destinarlos exclusivamente al pago de deudas de mayor impacto.

La economista recomienda disminuir gastos variables, reorganizar compras en supermercados, reducir consumos innecesarios y renegociar servicios que puedan ajustarse a tarifas más convenientes. También plantea aplicar técnicas de pago como la “bola de nieve”, que liquida primero deudas pequeñas, y la “avalancha”, que prioriza obligaciones con intereses altos.

Últimos 30 días enfocan disciplina y creación de un fondo

En la etapa final, el plan impulsa el cumplimiento estricto de la estrategia diseñada. La meta principal consiste en avanzar de forma consistente en la reducción del saldo pendiente y evitar cualquier forma de endeudamiento adicional. Para lograrlo, se recomienda realizar revisiones semanales del progreso y ajustar el presupuesto cuando sea necesario, explica.

Además, el programa promueve la creación de un fondo de emergencia para cubrir imprevistos. Este mecanismo reduce el riesgo de recurrir a créditos en situaciones urgentes, un factor que suele incrementar el ciclo de endeudamiento en muchos hogares.

Prevenir el sobreendeudamiento en familias con ingresos ajustados

El plan de 90 días responde a un contexto en el que numerosas familias enfrentan atrasos debido al incremento del costo de vida y a la acumulación de obligaciones financieras. Expertos señalan que el sobreendeudamiento suele comenzar cuando se adquieren nuevos créditos para cubrir deudas previas, lo que genera un ciclo difícil de revertir.

Por ello, la guía enfatiza la importancia de evitar nuevos préstamos y de priorizar pagos estratégicos. También destaca la necesidad de fortalecer la educación financiera como herramienta para prevenir que las deudas vuelvan a crecer tras completar el programa.

Herramientas de seguimiento para facilitar el avance mensual

El método incorpora plantillas, calendarios y registros de pago que ayudan a monitorear el progreso. Estas herramientas permiten a los usuarios mantener el control de sus gastos y hacer ajustes oportunos en función de su capacidad económica.

Cedeño recomienda realizar una revisión semanal cada domingo, registrar los avances y ajustar metas de acuerdo con los resultados obtenidos. Señalan que la constancia es clave para alcanzar la estabilidad financiera sin necesidad de recurrir a nuevos créditos durante el proceso.

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