La cantante ecuatoriana Pamela Cortés abrió su corazón con sus seguidores el pasado 30 de septiembre al relatar un momento de vulnerabilidad mientras conducía. La intérprete, conocida como “La Paquita ecuatoriana”, confesó que comenzó a experimentar fuertes espasmos y dolor en una pierna, situación que la llevó a vivir una intensa crisis física y emocional.
A través de Instagram, Pamela relató con sinceridad cómo manejó el episodio: después de consultar con un médico, llorar y expresar su frustración, decidió acudir a su clase de pilates. Su mensaje no solo reflejó la dificultad del momento, sino también su determinación por mantenerse activa y disciplinada frente a la adversidad.
“Podrida de dolor, pero feliz”
En un video publicado en sus historias, Cortés explicó: “Estoy en crisis de dolor… tuve consulta médica y después de llorar porque estoy con una altísima crisis de dolor dije: me voy al pilates. Si voy a llorar y me voy a quejar, me quejo en movimiento”. Horas después, compartió imágenes de su entrenamiento, destacando que incluso su instructor se sorprendió de su esfuerzo pese al malestar.
Una lucha de años por la salud
Este no es el primer episodio que enfrenta Pamela Cortés. En 2022 sufrió una trombosis venosa profunda que derivó en una embolia pulmonar, una complicación que requirió hospitalización y cirugía. La artista ha hablado en varias ocasiones sobre la importancia de cuidar la salud física y emocional y de mantener una actitud resiliente frente a los desafíos.
Pamela padece trombofilia, una condición genética que aumenta el riesgo de formación de coágulos sanguíneos peligrosos. Esta enfermedad le ha generado dolores crónicos y, en ocasiones, la obliga a apoyarse en un bastón para caminar. Además, durante su embarazo en 2013, los episodios de dolor se intensificaron, motivando cambios radicales en su vida y la necesidad de medicación diaria.
Disciplina, actitud y gratitud
A pesar de su condición, la cantante mantiene un enfoque positivo y activo. En su más reciente mensaje compartido con sus seguidores, expresó: “A veces me dicen: ¿cómo estás hoy? Y les digo que podrida de dolor, pero feliz. Creo que depende de nosotros intentar y, cuando se pueda, escoger el estado de ánimo. Considero que hay mucho por lo que uno puede agradecer y de eso te agarras para que tu día sea mejor”.
Su testimonio demuestra cómo combina disciplina, movimiento y gratitud para enfrentar situaciones difíciles, convirtiendo un momento de vulnerabilidad en un ejemplo de motivación y resiliencia.
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