FÚTBOL
El joven ecuatoriano, encontró finalmente el grito que tanto había buscado con la camiseta del Racing de Estrasburgo. Su primera anotación en la Ligue 1 llegó ante el Paris FC, un rival recién ascendido, pero que exigió al cuadro alsaciano.

Para el tricolor significó sacarse de encima la presión de demostrar por qué desembarcó en el competitivo fútbol francés. El tanto, marcado a los 26 minutos, tuvo un contexto que habla de su talento y de la necesidad de consolidación.
El partido estaba cerrado, con pocas opciones y un rival incómodo. En una jugada rápida, Diego Moreira desbordó por la banda derecha y lanzó un centro con efecto.
Páez, llegando de frente, se anticipó a la defensa y conectó de cabeza a contrapierna del arquero. El balón se metió en el arco y el ecuatoriano salió disparado a festejar.
El gol se hizo esperar. Recién en su sexto partido en Europa logró perforar las redes. El entorno suele exigir inmediatez, pero la maduración deportiva requiere tiempo, minutos y confianza.
En ese sentido, la anotación alimenta las estadísticas y fortalece la confianza de un jugador que carga con expectativas desproporcionadas para sus 17 años.
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