La ciudad de Cuenca se convirtió este 27 de noviembre en el epicentro del debate productivo nacional al acoger la Mesa Sectorial de Manufactura. Este encuentro estratégico tuvo como objetivo principal identificar acciones y estrategias conjuntas entre el sector público y privado para la construcción de la “Agenda de Crecimiento Ecuador al 2040″. La elección de la capital azuaya no fue casual; responde a su trascendencia histórica y actual como líder en diversas industrias clave y su capacidad para generar empleo formal y especializado.
Cifras que mueven la economía
El aporte de la manufactura al dinamismo económico de Ecuador es contundente. Según los datos presentados durante la jornada, el promedio mensual de ventas totales de las actividades relacionadas con este sector ha alcanzado los USD 3.067 millones en lo que va de 2025. Más allá del mercado interno, su peso en el comercio exterior es vital: las exportaciones del rubro promedian los USD 602 millones mensuales, inyectando divisas esenciales para la dolarización.
Además de su impacto monetario, la manufactura se erige como un eje estructural para el bienestar social. El sector sostiene actualmente más de 370.000 plazas laborales, consolidándose como uno de los mayores empleadores formales del país.
Articulación multisectorial
La mesa de trabajo contó con una amplia convocatoria que reflejó la diversidad del tejido productivo ecuatoriano. Asistieron representantes de industrias neurálgicas como la alimenticia, textilería, automotriz, cerámica, calzado y farmacéutica, junto con delegados de gremios empresariales y académicos. Los participantes analizaron la situación actual de sus respectivos campos y elaboraron propuestas concretas para potenciar el crecimiento, aprovechando que Ecuador posee una base manufacturera diversificada y con encadenamientos territoriales.
Hacia una industrialización sustentable
El Gobierno Nacional, a través del liderazgo del Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio de Producción, Comercio Exterior e Inversiones, y la Secretaría General de la Administración Pública, impulsa esta hoja de ruta con el respaldo técnico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La visión compartida apunta a avanzar hacia una industrialización sustentable y el fomento de la innovación tecnológica aplicada, condiciones indispensables para asegurar la competitividad de la manufactura ecuatoriana en las próximas décadas.
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