El 6 de noviembre de 2025, en un informe técnico, el Fondo Monetario Internacional detalló el salto de la deuda externa durante el correísmo, mientras economistas advierten que el Presupuesto 2026 sigue marcado por esos compromisos y los que se generaron en el gobierno de Lenin Moreno.
El FMI describe el salto de la deuda del correísmo
El documento del FMI se centra en la evolución de la deuda externa a lo largo de la última década. El organismo no habla de política interna, pero sí registra cifras contundentes.
“Las políticas expansivas del ‘correísmo’ elevaron la deuda externa del 13 % al 40 % del PIB al final de esa década”, indicó el Fondo en su informe del 6 de noviembre de 2025.
El organismo añadió que “no se anticipó la caída del precio del petróleo en 2014 y que los riesgos de refinanciamiento continúan hoy”. Es decir, reconoce que las condiciones externas cambiaron y que los compromisos asumidos siguen presionando las finanzas públicas.
Según series oficiales, el saldo total de la deuda pública pasó de USD 14.779 millones en 2007 a USD 49.509 millones en 2017. El incremento fue de USD 34.730 millones.
Durante ese periodo se contrataron créditos con China, bonos internacionales y financiamiento para proyectos de infraestructura y gasto público. Muchos de esos compromisos se pagan hoy en el Presupuesto General del Estado 2026, donde el servicio de la deuda alcanza USD 12.822 millones.
Analistas subrayan que Ecuador no solo cubre capital e intereses de bonos y multilaterales. También paga preventas petroleras y obligaciones internas acumuladas, lo que reduce el espacio para inversión y gasto social.
La deuda es una carga fuerte
El economista Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, recuerda que el país debe destinar en 2026 esos USD 12.822 millones al servicio de deuda pública. Ese valor supera en un 25 % el gasto total en sueldos y multiplica por 13 el Plan Anual de Inversiones, fijado en USD 2.181,47 millones.
Carrera no habla de un gobierno en particular, pero advierte que lo real es “el alto costo del déficit fiscal y del endeudamiento improductivo”. Señala que Ecuador sigue recurriendo a créditos para cubrir gastos corrientes, mientras arrastra la carga de decisiones pasadas.
Deuda del correísmo y su peso en el PGE 2026
El salto histórico de la deuda pública se originó en varios ciclos económicos. La deuda moderna surge tras la crisis financiera de los 90 y la dolarización en 2000. Luego tuvo descensos y reestructuraciones, como la renegociación de bonos Global y el Plan Brady.
El mayor crecimiento absoluto y relativo ocurrió durante el correísmo. El saldo pasó de USD 14.779 millones en 2007 a USD 49.509 millones en 2017. El incremento fue de USD 34.730 millones. El peso sobre el PIB subió de 29,65 % a 47,39 %.
Ese periodo incluyó la auditoría de 2007-2008 que declaró parte de la deuda “ilegítima” y produjo un default selectivo. Esto redujo temporalmente el saldo, que bajó de USD 15.207 millones en 2008 a USD 11.819 millones en 2009. Sin embargo, desde 2011 el endeudamiento se aceleró para financiar hidroeléctricas, carreteras, gasto público y compromisos petroleros con China.
Evolución posterior y la presión actual
Bajo Lenín Moreno (2017-2021), la deuda volvió a crecer. Pasó de USD 49.509 millones en 2017 a USD 66.190 millones en 2021. El aumento fue de USD 16.681 millones. El salto también se asoció con deudas ocultas del periodo anterior, la crisis del COVID-19 y acuerdos con el FMI por USD 6.500 millones. En ese contexto, la deuda alcanzó el 65,3 % del PIB en 2021, el nivel más alto desde la dolarización.
Durante el gobierno de Guillermo Lasso, la deuda se estabilizó en USD 65.821 millones en 2023. Hubo una leve reducción de USD 369 millones, gracias a refinanciamientos con China y canjes de deuda por conservación.
Con Daniel Noboa, los datos preliminares de 2024 muestran un aumento a USD 67.019 millones, aunque el peso relativo baja a 53,75 % del PIB. Se refinanciaron bonos por USD 1.530 millones para proyectos ambientales y se ampliaron líneas con el FMI. .
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