El 15 % de los ecuatorianos solo dispone de liquidez para una semana si pierde su fuente de ingresos (empleo), una cifra que revela una fragilidad económica en los hogares del país y desnuda el impacto del empleo inestable y los ingresos insuficientes.
La nueva Encuesta de Capacidades Financieras 2025, elaborada por la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y la CAF, expone los niveles de resiliencia y estrés financiero de la población adulta. Los resultados confirman que la mayoría de los hogares enfrenta un escenario de vulnerabilidad inmediata ante períodos de desempleo o interrupción de ingresos.
Resiliencia limitada en los hogares ecuatorianos
Según el informe, apenas un 15 % puede sostener sus gastos por siete días, mientras que un 27 % logra mantenerse entre uno y tres meses antes de quedarse sin recursos. En palabras de la investigación, esta realidad refleja “una estructura económica familiar altamente dependiente del ingreso mensual”, lo que impide la formación de fondos de emergencia.
Además, la encuesta detalla que el estrés financiero alcanza niveles elevados: 63 % de los adultos manifiesta preocupación constante por cubrir sus obligaciones, 41 % teme que el dinero no les alcance para el mes y 27 % siente que sus ingresos solo permiten “sobrevivir”, sin capacidad de mejora. Estos indicadores, advierten los investigadores, se asocian a la precariedad laboral y al uso creciente del crédito para costear gastos cotidianos.
Algunos hallazgos de la encuesta
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15 % de los adultos solo tiene liquidez para una semana ante una pérdida repentina de ingresos.
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27 % puede sostenerse entre uno y tres meses sin empleo.
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18 % resiste entre tres y seis meses, considerado un nivel adecuado de resiliencia.
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63 % se preocupa por pagar gastos habituales y 41 % teme que el dinero no alcance.
Algunos analistas, como Manuel Cedeño, coinciden en que la fragilidad económica está ligada a la combinación de salarios bajos. A esto se suma el incremento del costo de vida y una alta dependencia del empleo informal, que limita la capacidad de ahorro. El sondeo también evidencia que el 46 % de los encuestados utiliza préstamos para cubrir gastos corrientes. Esta situación agrava su situación futura al incrementar las deudas y disminuir el margen de maniobra mensual.
Impacto del empleo y el costo de vida
El documento señala que solo el 50 % de los hogares de estratos medio alto y alto alcanza una capacidad financiera considerada adecuada. Mientras, que en los estratos bajos la proporción cae al 9 %. La falta de ahorro, el bajo conocimiento financiero y la exposición al endeudamiento informal incrementan el riesgo de caer en ciclos de estrés prolongado.
La Encuesta de Capacidades Financieras 2025 se basa en 4.622 entrevistas a personas adultas de zonas urbanas y rurales. Se realizó bajo estándares internacionales definidos por la CAF. El estudio concluye que, aunque existe acceso a productos financieros, las habilidades financieras, los ingresos reducidos y la alta informalidad impiden que los hogares desarrollen una verdadera resiliencia. De mantenerse esta tendencia, advierte el informe, cualquier choque económico —como desempleo, enfermedad o emergencias— podría afectar a una proporción significativa de la población en cuestión de días.
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