El gobierno de Estados Unidos se prepara para un cierre administrativo desde la medianoche de este martes, 30 de septiembre de 2025, luego del estancamiento de las negociaciones presupuestarias entre republicanos y demócratas en el Congreso.
El pulso político por el presupuesto
La falta de un acuerdo bipartidista podría desencadenar el decimoquinto shutdown federal desde 1981, con consecuencias económicas y sociales de gran alcance.
El presidente Donald Trump declaró ante periodistas en la Oficina Oval que “probablemente habrá un cierre” y responsabilizó a los demócratas de bloquear la propuesta republicana. “Ellos van a cerrarlo, no nosotros. No queremos cerrar porque estamos viviendo el mejor periodo que se conoce”, afirmó Trump.
En el Senado, los republicanos necesitan siete votos de la minoría demócrata para aprobar una extensión temporal de financiamiento. Sin embargo, la oposición exige revertir recortes en programas sociales.
Posturas enfrentadas en el Congreso
El presidente de la mayoría en el Senado, John Thune, respaldó la propuesta de una resolución continua (CR) “limpia”, sin modificaciones. En contraste, el líder demócrata Chuck Schumer advirtió que aprobarla significaría perpetuar “recortes draconianos”.
“El shutdown es un regalo para Trump, pero sus costos los pagará la gente”, señalan los demócratas. Sostienen que la Casa Blanca busca usar el cierre como herramienta de presión: “No vamos a ceder a una estrategia que castiga a trabajadores y familias”, dicen.
Impactos previstos del shutdown federal
Si no se aprueba un presupuesto, alrededor de 2 millones de empleados federales resultarían afectados. De ellos, 800.000 quedarían en furlough, es decir sin sueldo inmediato. Los militares activos seguirían trabajando, pero sus pagos se retrasarían.
El Departamento de Seguridad Nacional prevé suspender temporalmente a 14.000 empleados, aunque mantendrá funciones vitales como control fronterizo y operaciones de emergencia.
En el sector sanitario, programas como Medicare y Medicaid seguirán funcionando, aunque con demoras administrativas. El programa CHIP también mantendrá transferencias a los estados.
Sectores más sensibles al cierre
El cierre alcanzaría a áreas como los parques nacionales que cerrarían sus puertas al público. La Administración Federal de Aviación furlougharía a 11.000 trabajadores, lo que podría generar retrasos en vuelos.
El impacto también afectaría a contratistas privados que dependen de pagos federales. Durante el shutdown de 2018-2019, el más largo hasta ahora, la economía perdió cerca de 11.000 millones de dólares.
Un cierre con amenazas inéditas
A diferencia de cierres anteriores, la Oficina de Presupuesto y Gestión (OMB) instruyó a preparar reducciones de fuerza permanentes para empleados de programas considerados no esenciales. Los sindicatos ya han demandado, alegando que se trata de una estrategia de intimidación.
El vicepresidente JD Vance afirmó tras una reunión fallida en la Casa Blanca: “Estamos encaminados a un shutdown porque los demócratas no hacen lo correcto”.
Mientras tanto, mercados de predicción como Polymarket otorgan un 86 % de probabilidad a que se concrete el cierre.
El Senado prevé votar este martes, pero los analistas coinciden en que el fracaso es lo más probable, lo que llevaría a Estados Unidos a su primer shutdown en casi siete años.
¿Qué es un shutdown en EE.UU.?
Un shutdown ocurre cuando el Congreso no aprueba a tiempo el presupuesto o una extensión temporal de financiamiento. Esto obliga a detener operaciones no esenciales, ya que la ley prohíbe gastar dinero no autorizado.
Los empleados considerados esenciales, como en seguridad nacional, deben seguir trabajando sin recibir pago inmediato. Otros entran en furlough, licencia sin sueldo temporal, aunque en la mayoría de ocasiones han recibido pago retroactivo cuando el cierre concluye.
El último shutdown ocurrió entre diciembre de 2018 y enero de 2019, duró 35 días.
Leave a Reply