producción de petróleo

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La producción petrolera de Ecuador se desplomó drásticamente el 10 de julio de 2025, cuando el país extrajo solo 68.597 barriles diarios de petróleo. Esta reducción del 86% se debe a la paralización total de los dos oleoductos principales (OCP y SOTE) que transportan el crudo desde la Amazonía hacia las terminales de exportación en Esmeraldas, afectando a nueve bloques petroleros amazónicos y paralizando las exportaciones.

Impacto en la producción nacional

La producción de petróleo en Ecuador alcanzó un mínimo histórico de 68.597 barriles diarios el 10 de julio de 2025. Esta cifra representa una caída del 85% con respecto a los niveles previos a la emergencia, que se ubicaban en 464.000 barriles diarios. La producción estatal, a cargo de Petroecuador, fue la más afectada, registrando solo 44.273 barriles el 10 de julio, en comparación con un promedio de 370.952 barriles diarios antes de la contingencia, lo que significa una reducción del 88% en diez días.

La paralización de los oleoductos OCP y SOTE ha obligado a nueve bloques petroleros en la Amazonía a detener por completo sus operaciones. El resto de los bloques opera a su mínima capacidad. Esta situación ha llevado a la suspensión de las exportaciones de petróleo desde Ecuador, generando incertidumbre económica.

Origen del problema y consecuencias

El origen de la paralización se encuentra en la reactivación de la erosión regresiva del río Coca, específicamente en el sector del río Loco, provincia del Napo. La medida busca evitar un derrame de petróleo que podría generarse por el avance de este fenómeno geológico. La erosión regresiva, que comenzó en febrero de 2020 con la desaparición de la Cascada San Rafael, socava el lecho y los márgenes del río, afectando afluentes como el río Loco y creando socavones.

Esta situación geológica amenaza la infraestructura petrolera vital de Ecuador. Las autoridades continúan monitoreando la zona afectada. La seguridad ambiental es prioritaria.

Retrasos en la reactivación de oleoductos

El oleoducto OCP detuvo sus operaciones el 1 de julio. Reinició el bombeo siete días después, pero solo por ocho horas debido a un nuevo deslizamiento de tierra causado por la erosión, muy cerca del incidente inicial. Se espera que el OCP reanude el bombeo entre el 13 y 14 de julio de 2025.

Por otro lado, el SOTE, gestionado por Petroecuador, aún no ha logrado reiniciar sus operaciones. Aunque se esperaba su reactivación el 9 de julio, según un oficio enviado el 2 de julio por Andrés González, gerente de Producción, al gerente General, Leonard Bruns, el oleoducto continúa inactivo. La incertidumbre persiste sobre la fecha de su retorno a operaciones.

Pérdidas millonarias para Ecuador

La paralización de los oleoductos ha generado pérdidas significativas para Ecuador. El país ha dejado de extraer un total de 2,6 millones de barriles de petróleo, lo que se traduce en una pérdida de aproximadamente 158 millones de dólares.

Como resultado de esta emergencia, Ecuador declaró la fuerza mayor y tuvo que diferir la entrega de 29 cargamentos de petróleo a sus compradores internacionales. Esto afecta las relaciones comerciales.

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