Pago diferido: ¿Beneficio o trampa financiera?

Pago diferido: ¿Beneficio o trampa financiera?


El pago diferido, una herramienta financiera que permite posponer el pago de compras a una fecha futura, es una opción cada vez más utilizada para gestionar gastos grandes o inesperados. Según expertos, el uso de tarjetas de crédito, principal medio para diferir pagos, ha crecido en los últimos años. Ángeles Hernández, economista, estima que cerca del 40 % de los usuarios no evalúa los costos asociados, lo que puede derivar en problemas financieros y en el sobreendeudamiento.

La economista explica que el pago diferido permite adquirir bienes o servicios sin pagar inmediatamente, ya sea en un solo desembolso futuro o en cuotas, dependiendo del acuerdo con el banco o la tienda. Recalca que esta flexibilidad es ideal para compras importantes, pero requiere planificación para evitar intereses elevados o sobreendeudamiento. A diferencia del pago a plazos, que divide el monto en mensualidades (generalmente con intereses), el pago diferido aplaza el monto total a una fecha específica, con o sin intereses según la oferta.

Diferencias clave entre diferido y pago a plazos

El pago a plazos implica cuotas regulares, como en promociones de “meses sin intereses”, mientras que el pago diferido posterga el pago completo. Por ejemplo, diferir una compra de $500 a tres meses significa pagar el total más tarde, mientras que a plazos se divide en cuotas mensuales de $166 más intereses. Según José Luis Mora, economista, “elegir entre estas opciones depende de la capacidad de pago y las condiciones del banco”.

Ventajas del pago diferido:

  • Liquidez inmediata: Permite realizar compras sin afectar el presupuesto mensual.
  • Flexibilidad: Programar el pago según ingresos futuros.
  • Promociones sin intereses: Algunas tarjetas, que no cobra anualidad, ofrecen diferimientos sin costo adicional en ciertas compras.
  • Gestión de emergencias: Útil para gastos imprevistos, como reparaciones.

Desventajas:

  • Intereses altos: Si no se paga a tiempo, las tasas pueden superar el 20 % anual.
  • Riesgo de sobreendeudamiento: La sensación de disponibilidad financiera puede llevar a gastos excesivos.
  • Limitaciones: No todas las tarjetas ofrecen esta opción automáticamente.

Los plazos recomendados y cómo decidir cuál es el más conveniente 

Diferir a 3 meses: Ideal para compras de bajo o mediano valor, como electrodomésticos pequeños o ropa, con un costo total de hasta $500. Este plazo es adecuado si los ingresos mensuales permiten cubrir cuotas sin comprometer necesidades básicas. Por ejemplo, una compra de $300 a 3 meses genera cuotas de aproximadamente $100, más intereses que suelen oscilar entre el 10 % y 16 % anual, según los expertos. Es conveniente para gastos urgentes o promociones con intereses bajos, añaden.

Diferir a 6 meses: Recomendado para compras de mayor valor, como muebles o tecnología (entre $500 y $1,500), cuando se cuenta con ingresos estables. Este plazo equilibra cuotas manejables y costos de interés moderados. Por ejemplo, un televisor de $900 a 6 meses implica cuotas de $150, más intereses, explica Hernández. Es ideal si el pago no excede el 20 % de los ingresos mensuales, según los expertos.

Diferir a 12 meses: Adecuado para inversiones significativas, como electrodomésticos grandes, viajes o equipos para negocios (más de $1,500). Este plazo es útil para quienes necesitan cuotas más bajas, pero los intereses acumulados son mayores. Por ejemplo, una laptop de $2,000 a 12 meses genera cuotas de $166, más intereses que pueden llegar al 20 % anual. Hernández señala que solo es conveniente “si el presupuesto permite pagos a largo plazo sin afectar un fondo de emergencia”.

Cómo saber qué plazo me conviene

  1. Evalúa tu capacidad de pago: Usa la regla 50/30/20 (50 % necesidades, 30 % deseos, 20 % ahorro/deudas). Las cuotas no deben superar el 20 % de los ingresos disponibles.
  2. Compara intereses: Revisa la tasa efectiva anual de la tarjeta o préstamo. Algunas promociones ofrecen diferimientos sin intereses; priorízalas.
  3. Considera el propósito: Usa plazos cortos (3-6 meses) para bienes de consumo y plazos largos (12 meses) para inversiones que generen valor, como equipos para un negocio.

“El diferimiento es una herramienta poderosa si se usa con planificación. Evaluar ingresos, comparar tasas y priorizar el ahorro son clave para evitar cargas financieras”, señala el economista José Luis Mora. Un mal uso del diferimiento puede llevar a deudas acumuladas, afectando la salud financiera.

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